Ordena por temporadas
Dime qué son tus vestidos de playa en medio de tus bufandas cuando aún estamos en invierno. Seguro que no se enfadarán si los encierras en una gran caja en el desván, esperando a que llegue el sol.
También evitarás la depresión diaria que experimentas cuando buscas tu acogedor jersey, te encuentras cara a cara con tus pequeñas espaldas desnudas que te recuerdan cruelmente tus veranos en el sur de Francia.
Así que evitamos hacernos daño, ¡separamos ahora la ropa de verano y la de invierno!
Agrupa por temas
Te aconsejo encarecidamente que agrupes tu ropa por categorías. Así te harás rápidamente una idea de las prendas que pueden casar entre sí. Así, pondremos las camisetas juntas, los vaqueros juntos... Los más ordenados de vosotros podéis incluso llevar el vicio más allá y clasificarlas por colores esto hará que podáis ahorrar tiempo por la mañana. Existen muchas formas de clasificar nuestras prendas de ropa, en función de la época del año, de los colores, de estilos (casual, desenfadado, formal, elegante…), e incluso por marcas. Si eres una aficionada a las compras de ropa de marca (nosotros estamos enganchados a veronicachic.com) esta última forma puede serte muy útil.
Si algunas prendas se prestan más a ser dobladas en una estantería como las camisetas y los jerséis, otras deben guardarse en perchas como las camisas, los pantalones, los vestidos. Además, me gustaría decir esto por si acaso: "¡uno no pone sus jerséis en perchas a riesgo de deformarlos!
Así pues, en la primera línea de tu vestimenta deben aparecer las prendas que te pones más a menudo. ¡Tendrás más posibilidades de ponerlas! Desde un punto de vista práctico, desaconsejo los montones de ropa demasiado altos. Todos conocemos la historia, ¡siempre queremos ponernos lo último del montón! Y ahí patatrás, nos encontramos con un montón de ropa en el suelo que no tenemos tiempo de recoger.
Veredicto: en menos tiempo del necesario, ¡vuelve a ser el bazar en tu vestidor!
Date el espacio justo
Grandes o pequeñas, transparentes o de colores, existe una amplia gama de cajas que se adaptarán a sus gustos y a sus deseos. Ideales para guardar sus cinturones, bufandas, medias y calcetines, serán el encanto de su vestidor.
Para poder encontrarlas fácilmente, puede pegar pequeñas etiquetas en cada una de ellas indicando los tesoros que se esconden en ellas o asignar un color de caja a cada accesorio (blanco para los cinturones, naranja para las bufandas, negro para las medias, por ejemplo).
Si no dispone de un almacén adecuado para los zapatos, las cajas transparentes son ideales: ¡un vistazo rápido y se encuentra el modelo deseado! Si no, saca la cámara, calienta la impresora y pega las fotos de todos tus zapatos en bonitas cajas opacas. Ingenioso, ¿verdad?
No uses la silla como perchero
Arrojar la ropa de pie no siempre es fácil, por eso es importante que preveas instalar un asiento en tu vestidor. Puede ser un pequeño taburete o una silla. Los espacios amplios pueden albergar incluso un banco, colocado en el centro del vestidor, te permitirá prepararte en las mejores condiciones.
¡No aproveche para abandonar su ropa del día! Un aparador será más adecuado para este uso. La consigna para un bonito vestuario es el orden, ¡piensa en ello!
Reserva, regala y reutiliza
¿Recuerdas aquel vestido que te caía como un guante en la tienda y como un saco en casa? ¿Ese vaquero que te sentaba perfectamente hace 5 años y que te irá tal vez el año que viene? ¿Y ese top que favorece a tu mejor amigo y que, sin embargo, sirve a tu silueta?
Por sorprendente que parezca: todos estos cuartos están todavía en tu armario. ¡Se requiere una clasificación seria!
¡No "no te servirá puede ser un día", créeme! Nos armamos de valor con las dos manos y lo ordenamos.
Primero, separa tu ropa en varios montones: en uno recoge toda tu ropa usada: vestidos manchados, jerseys, tacones estropeados... ya no te servirán. Deposítalas en los contenedores previstos para ello, situados junto a tu ayuntamiento, en los supermercados o en tu centro de recogida de residuos. En otro haz un montón de ropa demasiado grande, demasiado pequeña o que ya no sea de tu agrado. Puedes venderlas en un probador o darlas a asociaciones, y en el tercero haz una última pila con todas las piezas recientes y que lleves regularmente.
Si algo no lo usas, apártalo
Ves una camisa dar vueltas, salir y entrar del vestidor, lavarla, secarla, doblarla, plancharla, volver a lavarla… ¡pero nunca te la pones! Uno de los incordios de la ropa es que, cuando no te la pones, ocupa un espacio precioso en el armario que conviene tirar en el momento. O regálalo, o apártala del vestidor para cederla, pero que no reste espacio a tu armario porque si no vas a terminar acumulando prendas inservibles que de nada te van a ayudar a mantener aseado tu vestidor. Aprende a gestionar tus prendas y a deshacerte de todo aquello que no utilices. ¡Abraza el espíritu de Marie Kondo y despídete de lo que no usas!
